jueves, 18 de junio de 2009

DERECHO AL VOTO


Ciudadanía y participación política en la democracia.Los hombres necesitan gobernar o ser gobernados; y toman parte en el gobierno de sí propios o se someten a otro, dependiendo irremisiblemente de la voluntad de poder de éstos, en las cosas pequeñas y en las cosas grandes de la vidai.La ciudadanía,En su sentido más específico, el término ciudadano se aproxima mucho al significado original de la palabra. En las ciudades-estado de la antigüedad clásica, el término ciudadano no designaba meramente al que residía en una ciudad, sino a un miembro libre del Estado con capacidad de gobierno, al igual que el vocablo latino civitas se refería al Estado en su conjunto. En la idea griega de ciudadanía, los ciudadanos tenían el derecho a participar en las funciones legislativas y judiciales de su comunidad política.En la antigua Roma se reconocían dos tipos de ciudadanos: el primero poseía los derechos de ciudadanía, entre los que se encontraba la posibilidad de votar en la asamblea pública; el otro añadía a estos el derecho a poder ejercer un cargo público.En la práctica moderna, la ciudadanía no implica necesariamente el derecho al voto u otro tipo de participación en la actividad política, como elconcepto griego del término; los niños pueden ser ciudadanos, pero también están excluidos de toda actividad política directa.Sin una conciencia de pertenencia, la democracia (y tal vez cualquier otro sistema de gobierno) simplemente no podrían prosperar. En términos sustantivos, la ciudadanía se refiere a esta conciencia de pertenencia, es decir, al status de miembro de una determinada comunidad política, con derechos y deberes definidos. El sociólogo británico T. H. Marshall en este mismo sentido agrega que dichos deberes y derechos son iguales entre los miembros de dicha comunidadiv. No existen orientaciones específicas para determinar que derechos y obligaciones deben ser, pero afirma que en una sociedad donde el concepto de ciudadanía se va desarrollando, se genera un tipo ideal de ciudadano al cual se aspira llegar y con base en éste, se tratan de orientar las actitudes de los individuosv.La ciudadanía se vincula estrechamente al concepto de Estado nación, pues es ésta la que encarna al grupo que debe ser el aglutinador de las diferencias de etnias, de religión y de sexo, así como las diferencias entre distintos grupos; sin embargo dice Touraine “la ciudadanía no es la nacionalidad […] la segunda designa la pertenencia a un Estado nacional, mientras que la primera funda el derecho de participar, directa o indirectamente, en la gestión de la sociedad. La nacionalidad crea una solidaridad de los deberes, la ciudadanía da derechosvi.”Michael Walzer va más allá argumentando sobre la base de la teoría de la pertenencia política que el ciudadano individual, a causa de su ciudadanía, tiene la obligación de vivir para el Estadovii. Además agrega que estar obligado a vivir para la comunidad política es tener una razón para vivir. Por cierto, una razón muy buena, y poseerla es algo valiosoviii.La hipótesis sociológica latente en el ensayo de Marshall es que existe una especie de igualdad humana asociada con el concepto de ciudadanía, que a su vez no es inconsistente con las desigualdades que distinguen a varios niveles económicos dentro de la sociedad. “En ciertos aspectos, dicha ciudadanía se ha convertido en el arquitecto de la desigualdad social legítimaix.”Para explicar esta conciencia de pertenencia desde otro enfoque fuera (pero no del todo) del desarrollo de los derechos, Touraine nos dice que “laconciencia de pertenencia tiene dos aspectos complementarios. La conciencia de ser ciudadano, aparecido durante la Revolución Francesa, estaba antes que nada ligada a la voluntad de salir del Antiguo Régimen y el sometimiento. La conciencia de pertenencia a una comunidad, lejos de oponerse a la limitación del poder, es, al contrario, su complementox.” En las sociedades modernas occidentales, entendemos que la ciudadanía es la única capacitada para poner freno a los abusos del poder, pero de igual forma es la única capaz de comunicarse con el gobierno legítimamente. “La fuerza principal de la democracia reside en la voluntad de los ciudadanos de actuar de manera responsable en la vida públicaxi.”Para almond y Verbaxii, el ciudadano es un individuo que mezcla orientaciones políticas de participaciónxiii, de súbditoxiv y de parroquialismoxv (según sus propios términos), en donde prepondera una sobre las otras dos pero sin que se den casos puros.Participación política.De primera instancia, la participación política nos remite a actividades como la de votar, participar en algún partido político, en manifestaciones, apoyar a algún candidato en campaña, discutir asuntos de la vida política, incluso leer sobre política, lo que muchas veces no es estrictamente una participación política. Giacomo Sani en el Diccionario de Política, nos dice que la participación política es entendida a partir de los estudios que se han hecho en su totalidad orientados en la visión occidental del problema en muy pocos países. El problema surge cuando un estudio se pretende utilizar como herramienta de análisis en otros países, pues muchas veces el cambio de contexto deja sin posibilidades de entender la situación en otro entorno. Sobretodo subraya los casos de los países en vías de desarrollo que por lo general cuentan con muy malas o incluso inexistentes infraestructuras políticas y con altos grados de analfabetización de sus habitantes, pues los estudios sobre la participación política usualmente provienen de países desarrollados con fuertes tradiciones democráticasxvi.Para estudiar la participación política, se deben tomar en cuenta las condiciones que la propician o que la inhiben. Las estructuras o las ocasiones de participación política que se le presentan al ciudadano en su entorno. Estoscanales de participación irán variando de de un sistema político a otro, pero incluso dentro del mismo aparecerán cambios. En algunas ocasiones se estrecharan estos canales y en otras se ensancharan, para entender el por que sí y el por que no de la participación de un ciudadano, primero se debe analizar que tanto sí y que tanto no puede en una situación real participar el individuo.Una vez analizado esto, la siguiente cuestión sería identificar por que sí y por que no participa el ciudadano. El plano ideal para identificar éstas actitudes se presentaría en el supuesto de que el ciudadano contara con una amplísima gama de canales y medios para participar, pues así sería mucho más fácil atribuirle directamente al ciudadano su nivel de participación.Sani reconoce tres formas de participación política dependiendo de la capacidad de respuesta del ciudadano y de su actuar. En primer lugar está la participación definida como de presencia; aquí el ciudadano presenta comportamientos pasivos, simplemente recibe y no hace ninguna aportación, como por ejemplo cuando recibe algún mensaje político voluntariamente, pero sin aportar nada. La segunda forma de participación la llama de activación, donde el ciudadano lleva a cabo una serie de actividades políticas de manera definitiva o intermitentemente como por ejemplo el proselitismo o la participación en protestas. Por último nos presenta la forma de participación, donde el ciudadano participa en actividades políticas directa o indirectamente, en la mayoría de los casos, nos cuenta Sani, la participación se da de manera indirecta y solo ahí donde el círculo político es pequeño, el ciudadano común y corriente participa de manera directa. Aquí encontramos el ejemplo de la toma de decisiones que sean vinculantes para toda la sociedad. Esta clasificación también considera un grado de subjetividad, pues depende en gran medida si dentro del sistema político que se analice, existen los canales tanto legales como materiales para que el ciudadano pueda participarxvii.La libre elección de los gobernantes por los gobernados es, en gran medida lo que define a una democracia, es aquí donde la participación ciudadana cobra una fuerza impresionante. La manera más explícita de participación se da a través del voto popular.En una primera aproximación al caso mexicano, observamos que la competencia de los partidos políticos fue hasta hace muy pocoxviii simulada, para legitimar a un partido en el poder perpetuamente.
todos unidos y contribuyendo con nuestra participacion politica mejoraremos la situcion del pair y el cambio no se da solo , pero si cada uno por su cuenta hace el minimo esfuerzo ayudara a todos y prosperaremos como sociedad, pais y nacion

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